Calla cuando tienes que callar y escucha cuando tengas que escuchar

Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar.(Winston Churchill)

Algunas veces como personas fallamos y nos arrepentimos de palabras que salen de nuestras bocas, cuando pensamos que tenemos la razon este es un grabe error de todo ser humano.

Muchos somos afortunados de poseer el habla como tambien el poder escuchar, el cantar de los pajaros como el horrible sonido de la cuidad, otros lamentablemente no, pero quienes podemos solo hacemos el mal uso de estos dos sentidos.

He decidido escribir algo sobre esto porque como persona he cometido muchas veces este error, aveces hablo demas para luego arrepentirme de esto.

La lengua es el castigo del cuerpo o la lengua es el castigo del hombre, bueno en simple vista significa lo mismo es un castigo, porque nosotros como personas no estamos programados solo para decir o pensar el bien somos libres y podemos pensar todo lo que deseamos pero por igual cometemos el error de llenar nuestra cabeza de ideas que no son positivas.

Muchas veces es mejor escuchar a la lengua de los demas a decir y arrepentirse luego, muchas veces es mejor callar y dejar todo en paz para no arrepentirse luego, tantas formas de pensar para un simple movimiento de un musculo.

La lengua nos a sido dada para comunicarnos y poder expresar todo aquello que sentimos, pero lamentablemente cuando el corazon esta herido comete muchos errores, por eso piensa antes de hablar, antes de herir un corazon que pueda erirte tambien, controlando la boca y todo aquello que nos llega como pensamientos y que luego no podemos controlar.

"La vida nunca gira al rededor de un simple pensamiento, cambia con el pasar de cada palabra, de cada gesto, cambia con cada sonrisa porque no se trata nunca de nosotros se trata de lo que entregas para que por esto puedas recibir"

- Es mejor callar y escuchar a hablar y arrepentirse luego.


La biblia nos habla de la lengua en Santiago 3.5

Capítulo 3
La lengua

3:1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
3:2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
3:3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
3:4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
3:5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
3:6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
3:7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;
3:8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
3:9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.Genesis 1. 26
3:10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
3:11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
3:12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

La sabiduría de lo alto

3:13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
3:14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;
3:15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
3:16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
3:18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

No hay comentarios.: