Caminando hacia la tierra prometida

Todo no es casualidad.

Vivimos en un plano terrenal en donde Jehovah marco las lineas y cuadros como los de un juego de ajedrez. Somos participes de un juego en donde las fichas tienen movimiento propio, en donde los peones pueden convertirse en alfiles, en donde los alfiles pueden convertirse en torres, en donde las torres pueden convertirse en reyes.

"Cuando Dios volteo su mirada otra vez sobre mi sentí con ternura como envío ángeles a mi morada cubriendo a mi familia con oraciones poderosas".

Quiero comenzar introduciendo que nada es  por casualidad. Cada uno de los grandes profetas de la Biblia  tuvo un encuentro con nuestro Dios en el cual fueron pautadas las condiciones que nuestro creador exigio sobre aquellos que eligió, entre todos ellos llega a mi cabeza uno que no estuvo preparado pero fue aquel que llevo todo un pueblo en su espalda como un buen pastor llevaría a sus ovejas, Moises.

Moises es uno de esos tantos ejemplos que podemos encontrar en la biblia el cual de la nada tuvo aquel encuentro con Dios el cual marco su vida para siempre. Desde ese momento comenzó aquel crecimiento dentro de un hombre que estaba huyendo de su propia naturaleza, de su gente, de su verdad.

No somos perfectos, pero todo aquel que a sentido que Dios le llama, escuche su voz. Todo aquel que a eschuchado su voz y no hace lo que el le diga, que accione a el mandato de aquel que nos creo.

Dios nos promete una tierra donde fluye leche y miel, una tierra prospera y que con amor puede hacer que nuestras vidas no sean solo un caminar a un hoyo de 6 pies, que nuestro caminar valla hacia las nubes.

Camina a hacia donde Dios te envie y llegaras....

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